Panamá es un país increíble, más cuando de política se trata, no aprendemos de los errores pasados y nos negamos a ver lo evidente a pesar de todas las evidencias que ofrece el fenómeno político.
El partido, en el que milité y apoyé física y electoralmente hablando desde 1994 hasta el 2010, está sumido en una crisis nunca vista, hasta peor de lo que se vio post invasión. El PRD, tras la invasión enfrentó la persecución y el odio (merecido en muchos casos) de los gobernantes de turno. Ahora enfrenta algo peor, ya que no es una fuerza externa la que lo amenaza, el flagelo actual que azota al PRD es su propia ambición, las bajas pasiones e intereses mezquinos y desmedidos de muchos de sus miembros. Cómo no saltar a otro partido político si te ofrecen de todo, quién es el enemigo real allí: el tentador o tu propia falta de integridad.
Con respecto a los otros, a quienes nos gobiernan, es menester primero abrir un par de libros de historias (no importa si lo escribieron los historiadores de izquierda o de derecha) la mayoría de los historiadores panameños cuentan la forma en que las grandes familias (antes de 1968) se repartían el país como una hacienda. Entraron los militares, en medio del caos político, la arbitrariedad de un autócrata y usurparon el poder al final de todo solo hubo dos resultados, el primero: los panameños tuvimos más y mejores oportunidades para progresar, escalar socialmente de manera honesta (la mayoría, otros tomaron el camino fácil) con nuestro propio esfuerzo, negar esto, negar las oportunidades que nos abrió la dictadura militar ( o proceso revolucionario) a muchos jóvenes de ayer y hoy es reprochable; la otra cara de la moneda, e segndo resultado es la sangre derramada desde el día uno de esa dictadura hasta el ultimo día con la muerte de panameños inocentes a manos de los americanos (gringos). Pasado ese episodio vimos como la ADO Civilista llegó al poder y se desintegró, debido a que lograron su objetivo, llagar al poder; no había otro objetivo, no era Panamá, no era el retorno de la democracia, no eramos los panameños; el objetivo real era arrebatar el poder a los militares y mandar y así ha sido.
El actual gobierno, compuesto de la misma clase que gobernaron antes de 1968, con los mismos estilos y creencias (el CD, el arnulfismo no es gobierno, es pueblo llano al que se le ha dado la oportunidad de manejar algunas áreas ínfimas de poder) logró lo mismo, llegó al poder y ahora, tal vez con algo del pudor que no ha mostrado en otros temas (masacre de Bocas, minería, quema de jóvenes, el metro, extensión de cinta costera), pretende despachar a sus aliados, pero no expulsándolos, sino haciendo que renuncien para poder decir que fueron ellos los que se fueron y por tanto son los que rompieron el pacto.
La idea de una segunda vuelta, absurda para Panamá, donde el que un presidente llegue a gobernar con un 33% de preferencia no ha ocasionado problemas, ¿acaso Pérez Balladares gobernó con inestabilidad política? es más cuando Doña Mireya ganó, su partido tuvo que hacer de todo para "lograr el apoyo" de los pequeños partidos y hacerse con aliados en la Asamblea para poder controlarla. En que momento post invasión un presidente con menos de 51% de preferencia se le ha cuestionado seriamente su legitimidad y ha tenido problemas de gobernabilidad por no tener a la mayoría del electorado a su favor. No recuerdo ningún momento así, pero por algo este gobierno impulsa esa idea. Al final, si es aprobada tendremos escenarios interesantes, uno de ellos podría ser que al final quede el CD contra el PRD y el arnulfismo como tercera fuerza viendo quien ofrece más por su apoyo para lograr el triunfo, el resultado sea el que sea será ABERRANTE, ya que será un pacto satánico para garantizarse el poder y por supuesto estará de espaldas y contra los intereses del pueblo panameño.