El día 9 de junio de 2011 fue un día muy importante en la vida de muchas personas, creo que eso me incluye también, ese día nos graduamos 140 personas de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá, de las cinco (5) escuela que integran esa unidad académica participaron cuatro (4), a saber: Administración Pública, Administración Pública Aduanera, Relaciones Internacionales y Trabajo Social. La otra es Administración Pública Policial, pero esa tiene sus propias promociones o algo así.
Lo bueno de esto es que somos nuevos (y no tan nuevos) profesionales que salimos a la calle para ofrecer nuestra mano de obra al país. Lo malo es que no hay donde ofrecerla, en la mayoría de los casos. Para los egresados de Administración Pública, imagino el calvario de emplearse en lo suyo, ya que para emplearse en el gobierno hay que tener palanca y sobre eso estar en el partido de gobierno, sin tomar en cuenta que los puestos de los administradores públicos los ocupan personas formadas en contabilidad, administración de empresas o administración de recursos humanos (pero del sector privado) o cualquiera menos un administrador público. Para los de aduanas, no sé que tan difícil pueda ser colocarse en la única entidad pública donde pueden desarrollar su trabajo, además de poder laborar en el sector privado como corredores de aduanas. Aún cuando se viene desde hace años empujando a las personas para ser emprendedores y formar sus propios negocios, me pregunto si en una facultad que forma personas para trabajar en el sector público cabe esa mentalidad, no dudo que sí, siempre se puede, pero entonces para que forman servidores públicos que no podrán ejercer en el sector que les corresponde.
La gente de trabajo social la tienen más fácil, creo, hay diversidad de instituciones públicas donde pueden laborar y su labor independiente también es bien reconocida y valorada, especialmente en el ámbito del derecho de familia.
En el caso de las relaciones internacionales el panorama es algo desolador, se nos forma para trabajar en el servicio exterior de nuestro país, pero si este está compuesto de gente que no sabe nada del país, que escenifica actos bochornosos, de violencia doméstica, tienen dudosa reputación o que se travisten, tiene algún sentido ser parte de una corporación de ese tipo, creo que si, poder dignificarla y darle el prestigio que merece, no solo nuestro servicio exterior sino también nuestro país, sin embargo esto también depende de la voluntad política de los gobernantes y ellos, antes como ahora, prefieren el bochorno y la burla de la que podemos ser objeto, que la dignificación del oficio y nuestra imagen internacional. Otra área de trabajo es laborar en oficinas de asuntos internacionales o cooperación internacional o protocolo de entidades públicas, pero aquí opera nuevamente el compadrasgo. el amiguismo y la militancia política. En el sector privado hay oficinas de estas, también podemos laborar en ellas y de manera independiente se puede ser creativo y crear nuestras propias empresas incluso orientarnos a lo que fue el motor del nuevo plan de estudios del que somos los primeros egresados (nocturnos el año pasado egresaron los primeros estudiantes diurnos) que consiste en el análisis de los fenómenos políticos internacionales.
Al final, nos queda a todos los egresados labrarnos nuestra propia ruta, con esfuerzo propio, si viene ayuda, bienvenida sea, pero si no a "darle duro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario